LA ALTA SENSIBILIDAD PUEDE VIVIRSE COMO
UNA PESADA LOSA O COMO UN MARAVILLOSO SUPERPODER
¡Hola! Soy Paloma Melero, trabajadora social y psicóloga especializada en alta sensibilidad.
Mi trabajo consiste en acompañar a las personas que tienen una mayor sensibilidad emocional y cognitiva a comprender y gestionar este rasgo de personalidad para que puedan mejorar su bienestar. En un entorno seguro para explorar sus emociones, desarrollo estrategias personalizadas para el manejo del estrés, el fomento el autoconocimiento y la autoaceptación de su forma ‘rara’ de vivir y sentir.
Mi objetivo es empoderar a las personas para que utilicen su sensibilidad como una fortaleza en su vida diaria y en sus relaciones.
Por si todavía no tienes claro si esto es para ti o no, deja que te cuente la historia de Saray.
Saray es una mujer altamente sensible. Desde pequeña ha sido más perceptiva y emocionalmente más reactiva que sus compañeros. Sin hacer ningún esfuerzo es capaz de captar sutilezas en el ambiente y en las emociones de otras personas que la mayoría de la gente no nota. Sin embargo, ella no sabe ponerle nombre a lo que le pasa y su alta sensibilidad tampoco ha sido comprendida ni apoyada adecuadamente por su entorno familiar ni educativo.
Saray creció en un hogar donde sus padres no entendían su sensibilidad. Cuando mostraba emociones intensas le regañaban por ser ‘demasiado dramática’ o ‘exagerada’, o eso le decían.
En el colegio, Saray, a menudo, se sentía abrumada por el ruido, la multitud y los comentarios negativos de sus profesores y compañeros sobre su comportamiento ‘tímido’ o ‘excesivo’. Incluso llegaron a hacerle sentir que algo estaba mal en ella, por lo que se esforzaba en ser como los demás una y otra vez.
A medida que crecía, Saray no pudo desarrollar las estrategias adecuadas para manejar su sensibilidad; pasó toda su adolescencia intentando reprimir sus emociones y esforzándose por encajar, lo que aumentaba su estrés cada vez más. Para evitar críticas, Saray empezó a desarrollar un comportamiento perfeccionista ya que se sentía responsable de mantener la paz y complacer a todos, lo que incrementaba su ansiedad.
Saray se hizo adulta y encontró su primer trabajo. Estaba ubicada en una oficina abierta en la que había mucho ruido y se producían constantes interrupciones. La falta de un espacio tranquilo y el miedo a no cumplir con las expectativas de sus jefes aumentaban su estrés diario. Cansada y sobrepasada, Saray comenzó a evitar las situaciones sociales por miedo a ser juzgada y no cumplir con las expectativas de las personas que formaban parte de su vida social; esta evitación le impedía formar conexiones significativas y le hacía sentirse aislada.
De esta manera, Saray empezó a experimentar preocupación constante y excesiva sobre situaciones cotidianas. La sensación de estar siempre en alerta y su incapacidad para relajarse comenzaron a ser demasiado frecuentes y así fue como estos síntomas iniciales dieron paso a síntomas físicos de ansiedad como tensión muscular, insomnio, cansancio permanente y problemas digestivos.
Su preocupación constante por no cumplir con las expectativas y la sobreestimulación sensorial fueron agravando poco a poco su ansiedad y la falta de apoyo y comprensión de su entorno por no entender qué le pasaba realmente contribuyeron a un ciclo de ansiedad que se autoalimentaba.
Finalmente, Saray decidió buscar ayuda profesional y fue en terapia donde aprendió a reconocer y aceptar su alta sensibilidad como una característica que le hacía única y especial y no como un defecto. Desarrolló estrategias de afrontamiento para manejar la sobreestimulación y el estrés. Estableció límites y prioridades para reducir su autoexigencia y el perfeccionismo y aprendió a practicar técnicas de relajación y mindfulness para disminuir la ansiedad.
Al apuntarte a mi newsletter en este enlace, te regalo un cuaderno de reflexión para personas altamente sensibles. Se trata de un archivo en PDF en el que te propongo ejercicios prácticos para trabajar activamente en tu alta sensibilidad durante 11 días.
Para poder realizar estos ejercicios con la máxima consciencia, cada día recibirás un email que te ayudará a comprender mejor un aspecto diferente de tu alta sensibilidad sobre el que podrás trabajar después.
En ellos, te hablaré de:
Día 1: Mal manejo emocional.
Como personas altamente sensibles, es habitual que nos sintamos desbordadas por nuestras emociones. Este mal manejo emocional puede manifestarse en síntomas ansiosos, síntomas depresivos, dependencia emocional o en la necesidad constante de tener todo bajo control.
Día 2: Rumiación.
Las personas altamente sensibles, a menudo, caemos en el ciclo de la rumiación, que implica darle vueltas a las cosas mil veces en busca de respuestas o de la mejor opción. Este hábito puede llevar a la frustración porque, en lugar de avanzar, te sientes atrapada y sin poder tomar decisiones claras.
Día 3: Síntomas físicos.
Como personas altamente sensibles, podemos experimentar síntomas físicos que son difíciles de ignorar, como desfallecimiento, náuseas, mareos, contracturas y una hipersensibilidad a los estímulos. Estos síntomas pueden afectar nuestra calidad de vida y hacer que nos sintamos agotadas y abrumadas constantemente.
Día 4: Perfeccionismo y minuciosidad.
Para las personas altamente sensibles, el perfeccionismo puede suponer una carga pesada. Este rasgo se manifiesta en la necesidad de que todo sea perfecto, lo que puede llevarnos a revisar cada detalle minuciosamente, sentirnos frustradas cuando las cosas no salen como esperábamos, y evitar comenzar nuevas tareas si no podemos garantizar un resultado perfecto.
Día 5: Sentido de la justicia.
Como personas altamente sensibles, nuestro fuerte sentido de la justicia puede llevarnos a sentirnos profundamente afectadas por las injusticias que vemos en nuestro entorno. Esta necesidad de arreglar lo que creemos que está mal puede ser abrumadora y desgastante, especialmente si sentimos que nadie nos comprende o valora nuestros esfuerzos.
Día 6: Ritmo de la sociedad.
Para las personas altamente sensibles, es común sentirnos abrumadas por el ritmo acelerado de la vida moderna, ya sea en el trabajo, con amigos, o en nuestra vida familiar. La presión para mantener el mismo ritmo que los demás puede llevarnos a sentirnos agotadas y desconectadas de nuestras propias necesidades y bienestar.
Día 7: Comparación social.
Como personas altamente sensibles, las comparaciones sociales pueden tener un impacto profundo en cómo nos percibimos a nosotras mismas. Compararnos con los demás puede llevarnos a sentirnos inferiores, menos capaces, o que no estamos logrando lo suficiente, lo que puede afectar a nuestra autoestima y bienestar emocional.
Día 8: Intimidad personal.
Para las personas altamente sensibles, puede ser desafiante sentirnos completamente aceptadas y comprendidas en situaciones personales y de intimidad. La sensación de que no se tienen en cuenta nuestras necesidades o que lo que decimos se sale de lo común puede hacernos sentir aisladas o inseguras.
Día 9: Necesidad de aprobación.
Como personas altamente sensibles, es común buscar la aprobación de los demás antes de tomar decisiones importantes. Esta necesidad de validación externa puede hacer que nos sintamos inseguras y bloqueadas, especialmente cuando tenemos que tomar decisiones significativas en nuestra vida.
Día 10: Sentirlo todo demasiado.
Es posible que, las personas altamente sensibles, experimentemos una profunda intensidad emocional en todos los aspectos de nuestra vida. Desde el estado emocional de quienes nos rodean hasta las sutilezas del entorno, cada detalle puede impactarnos de manera significativa, dejándonos sentir que todo es demasiado para poder manejarlo.
Día 11: Evaluación y reflexión general.
Y, lo más importante de todo…
Qué es lo que puedes hacer para solucionar cada uno de estos aspectos.
Además, te hablaré de mis sesiones de terapia, de mi programa de 12 semanas para personas altamente sensibles y mi mentoría individual para que sepas todo lo que puedo hacer por ti de una forma más directa…
¡Si estás aquí es muy probable que sea porque te interesa construir una vida plena y feliz!
Bueno, pues de otra cosa no sé, pero de esto sí.
Compruébalo por ti misma.
Darse de alta es gratis y darse de baja también.